Redacción
La famosa selva del Darién, frontera natural entre Colombia y Panamá registró un paso de migrantes excesivo en 2022, cuando casi 250 mil personas -principalmente de Ecuador y Venezuela- decidieron atravesar el denominado “tapón”.
Según los expertos, este fenómeno puede continuar este año, aunque posiblemente en menor magnitud, en parte a las medidas migratorias impulsadas por los Estados Unidos de Norteamérica y a las dificultades que tienen los extranjeros por pasar fronteras como la de Nicaragua.
La cifra casi duplicó el registro que se llevó en 2021, cuando 133 mil personas, en su mayoría haitianos, cruzaron la selva que separa los países.
Los datos fueron divulgados desde Ginebra -Suiza- por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sustentado en registros migratorios de las autoridades panameñas.
El flujo por esa zona no es extraño, ya que desde hace más de una década se ha convertido en lugar de paso por migrantes que buscan pasar del sur del continente al lado norte. Lo que sí es de analizar, es el incremento que se dio el año pasado con respecto a los anteriores, incluso por venezolanos, en 2021 casi tres mil ciudadanos de ese país atravesaron la jungla, mientras que en 2022 fueron 150.327, más de un 5000%, una cifra que contrasta significativamente de un periodo a otro.
Lo mismo sucede en menor medida con habitantes de otros países como Ecuador, Haití e incluso de naciones africanas y asiáticas, principalmente de lugares con altos índices de pobreza, violencia y que presentan conflictos armados permanentemente.
La OIM desconoce cuál va a ser el comportamiento en 2023 en cuanto a la afluencia, pese a que Panamá asegura que cientos de migrantes han cruzado el Darién en las dos primeras semanas de enero.
Los Estados Unidos ha endurecido el control migratorio para los venezolanos ante el fuerte incremento que se presentó el año pasado. En un principio aceptaría únicamente a 24 mil ciudadanos de ese país, los cuales deben acceder por vía aérea y contar con un patrocinador en el país, una directriz que se pretende sea de manera temporal.
La medida impulsada por el presidente norteamericano, Joe Biden, hizo que muchos quedaran varados en Costa Rica y Panamá, buscando regresar a su país natal.
Según datos de la OIM, 36 migrantes perecieron en su intento por cruzar esa selva, aseguran que la cifra puede ser mayor, ya que hay personas fallecidas que no son reportadas en la zona que los mismos que la atraviesan la denominaron, “la ruta de la muerte”.
