Los conflictos que superan a Ucrania y Gaza en este momento, donde la primera impacta por su afectación a Europa, en Medio Oriente se conmueven por su historia, pero en Sudán, Etiopía y Myanmar, mueren sin cámaras

Redacción
Mientras los ojos del mundo se posan sobre las ruinas de Gaza y las trincheras de Ucrania, otros conflictos armados —menos televisados, pero igual de devastadores— consumen regiones enteras del planeta. En 2025, más de 56 guerras activas se desarrollan simultáneamente, según el Índice Global de Paz del Instituto para la Economía y la Paz (IEP). La cifra de muertes civiles ha aumentado un 40 % respecto al año anterior y el número de desplazados forzosos supera los 122 millones, el más alto desde la Segunda Guerra Mundial.
Sudán, Etiopía y Myanmar encabezan una lista de tragedias silenciadas, donde la violencia se perpetúa sin cámaras, sin titulares y, en muchos casos, sin ayuda internacional, según el IEP con sede en Sídney, Australia.
Una guerra civil sin testigos
Desde abril de 2023, Sudán vive una lucha encarnizada entre las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). El conflicto ha dejado más de 10 mil muertos, entre ellos miles de niños y adultos mayores. Ha desplazado a cinco millones de personas. Las denuncias de limpieza étnica en Darfur se acumulan, mientras la comunidad internacional guarda silencio.
Los costos económicos superan los ₡3.6 billones (USD $6.8 mil millones) y las consecuencias sociales son incalculables. Comunidades enteras han sido borradas del mapa. Distintos reportes indican que el acceso a alimentos, agua y atención médica es prácticamente inexistente.
El conflicto más letal del siglo XXI
La guerra en la región de Tigray, Etiopía, iniciada en 2020, ha causado más de 600 mil muertes, superando incluso a Ucrania. A pesar de treguas temporales, los enfrentamientos continúan en Amhara y Oromía. Se estima que uno de cada tres muertos son menores de edad y que más de tres millones de personas han sido desplazadas.
El costo económico asciende a ₡6.2 billones (USD $11.7 mil millones), mientras que las heridas sociales —especialmente entre las comunidades étnicas afectadas— tardarán generaciones en sanar.
Represión y resistencia tras el golpe militar
Desde el golpe de Estado en 2021, Myanmar vive una guerra civil entre la junta militar y grupos democráticos. Más de 30 mil personas han muerto y un millón han sido desplazadas. Las minorías étnicas, como los rohinyás, siguen siendo blanco de ataques sistemáticos y las zonas rurales viven bajo un estado de sitio permanente.
Epicentros mediáticos
La guerra en Ucrania, intensificada en 2022, ha dejado más de 500 mil muertos y ocho millones de desplazados. El costo económico supera los ₡65 billones (USD $120 mil millones) y la reconstrucción tomará décadas según los analistas.
En Gaza, los bombardeos israelíes desde 2023 han causado más de 65 mil muertes, con un 70 % de víctimas civiles entre mujeres, niños y adultos mayores. Dos millones de personas viven desplazadas, atrapadas entre ruinas y bloqueos.
El costo humano y económico global
El impacto económico global de estas guerras supera los ₡140 billones (USD $260 mil millones), afectando incluso a países no involucrados directamente. En Costa Rica, el encarecimiento de combustibles, fertilizantes y alimentos está vinculado a la inestabilidad en Ucrania y Medio Oriente.
Costa Rica ante el mundo en guerra
Aunque nuestro país no participa en conflictos armados, sí enfrenta sus consecuencias. La posición costarricense en foros internacionales ha sido clara, condena a toda forma de violencia, pero exige equidad en la atención humanitaria.
El mundo está más convulsionado que nunca. Si bien Ucrania y Gaza merecen atención, es imperativo que la comunidad internacional y los medios amplíen su foco. Las guerras olvidadas no son menos trágicas; simplemente, son menos contadas.