
La travesía humana de los cuatro
A primera hora de la mañana, cuando la luz apenas comienza a filtrarse por encima de los acantilados grises de Punta Rocas, el sonido más fuerte no proviene del viento ni del oleaje. Son decenas de tablas golpeando contra el agua, impulsadas por jóvenes que, con la determinación propia de su edad, se lanzan hacia un mar que no perdona errores. Entre ellos van cuatro surfistas de Guanacaste, acostumbrados al calor, la arena fina y las mareas largas del Pacífico norte de Costa Rica, pero dispuestos a enfrentar una de las olas más exigentes del continente.








