Redacción
El pasado 27 de octubre, el Tribunal Penal de Hacienda y de la Función Pública emitió una sentencia en el caso de Abelino Esquivel Quesada, quien fue declarado culpable del delito de tráfico de influencias. Este veredicto se basa en la prueba presentada por la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción.
La sentencia dicta que Esquivel Quesada deberá cumplir una condena de tres años de prisión, además de enfrentar la inhabilitación para desempeñar empleos, cargos o comisiones públicas, incluyendo los de elección popular, por el mismo período de tiempo. Sin embargo, el Tribunal otorgó al acusado el beneficio de la ejecución condicional de la pena, lo que significa que no será encarcelado siempre y cuando cumpla con ciertas condiciones.
Bajo la ejecución condicional de la pena, el exdiputado no deberá cometer ningún delito doloso durante el período de su condena. De lo contrario, este beneficio podría ser revocado y el acusado estaría sujeto al cumplimiento íntegro de su pena de prisión.
El caso inicialmente se resolvió con una sentencia absolutoria en un primer juicio, dictada por un Tribunal. Sin embargo, el Ministerio Público apeló esta resolución, lo que llevó a la realización de un nuevo debate y, finalmente, a la condena.
Según la acusación presentada por el Ministerio Público, los hechos se relacionan con el período en que Esquivel ocupaba el cargo de diputado. Durante este tiempo, solicitó una reunión con el entonces ministro de Justicia y, a través de su director de despacho, pidió un beneficio carcelario para una persona privada de libertad con la que mantenía una relación de amistad.
El caso fue procesado bajo el expediente 18-000067-0033-PE y resalta la importancia de mantener la integridad y la transparencia en el desempeño de funciones públicas y en las relaciones entre funcionarios y las instituciones gubernamentales.
